Día
Mundial del Agua - 22 de marzo
Mortandad de peces en Durazno: lo que el agua se llevó
El día 15 de febrero, luego de intensas lluvias e inundaciones
sobre el río Yí, se constató una cantidad importante
de peces muertos en la zona costera del río en las cercanías
de la ciudad de Durazno. Esta mortandad afectó a una diversidad
de especies, a individuos jóvenes y adultos y tanto a especies
de fondo como otras que habitan en la columna de agua.
Después de conocerse este hecho, las autoridades del Centro Coordinador
de Emergencias Durazno (CECOED) “solicitaron a los vecinos de
Durazno que se abstuvieran de consumir peces hasta no se confirmase
su estado sanitario, a través de análisis solicitados
al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) OSE y
técnicos de la Intendencia de Durazno”.
Las causas divulgadas por esos días en diferentes medios de prensa
tanto escrita como televisiva fueron atribuidas a distintas razones:
- la crecida del río pudo haber ingresado a zonas fumigadas o
estimuladas con agrotóxicos, y provocó un arrastre de
productos químicos que afectó el ecosistema habitual.
Otra de las opciones estuvo relacionada con variación muy fuerte
de temperatura o la falta de oxígeno debido a la floración
de algas.
- otras razones manejadas fueron la salinidad en el agua, remoción
de sedimentos en los lechos del río a partir de que los cauces
se desbordaron, o remoción de microorganismos que saturaron la
columna de agua y le quitaron el oxígeno a los peces.
Cualquiera de estas razones debió esperar los resultados de los
análisis realizados por los organismos competentes.
El miércoles 17 de febrero personal de la Dirección Nacional
de Recursos Acuáticos (DINARA) visitó el departamento
de Durazno con el objetivo de observar las zonas del río Yí
donde se habían encontrado los peces muertos. Durante la visita
realizada al sitio de los hechos se pudo identificar 15 especies de
organismos acuáticos en las zonas visitadas, de los 13 fueron
peces y 2 moluscos: Vieja de Agua (Hypostomus spp.), Castañeta
(Austroheros facetum), Sabalito (Cyphocharax voga), Bagre negro (Rhamdia
quelen), Vieja de agua (Paraloricaria vetula), Tararira (Hoplias malabaricus),
Mojarra (Astyanax spp.), Bagre amarillo (Pimelodus maculatus), Dientudo
común (Oligosarcus sp.), Palometa o Piraña (Serrasalmus
spp.), Pejerrey (Odontesthes bonariensis), Sábalo (Prochilodus
lineatus), Bagre porteño (Parapimelodus valenciennis), Caracol
de agua dulce (Pomacea canaliculata) y Almeja asiática (Corbicula
fluminea).
En esta instancia las autoridades tomaron datos de temperatura y sólidos
disueltos y realizaron un registro de las especies acuáticas
recolectadas por las autoridades del Ministerio de Ganadería,
Agricultura y Pesca (MGAP). A su vez éstas hicieron entrega al
personal de la DINARA de muestras de peces colectados vivos el día
en que ocurrió la mortandad. Los ejemplares (10 individuos) habían
sido acondicionados en bolsas plásticas y posteriormente congelados.
Esas muestras fueron posteriormente remitidas al Instituto de Investigaciones
Pesqueras, de la Facultad de Veterinaria (Área Acuicultura y
Patología de Organismos Acuáticos).
El día 8 de marzo la DINARA da a conocer el informe técnico
sobre la “Mortandad de Peces ocurrida en el río Yí”,
descartando las hipótesis manejadas a través de los medios
de comunicación al momento de ocurrida la mortandad.
Termina su informe diciendo que, “es razonable pensar que el suceso
de mortandad ocurrido en el mes de febrero del corriente año
en el río Yí se debió a causas ambientales cuyo
desencadenante fueron las importantes precipitaciones ocurridas en el
país.”
Resultados no tan claros como el agua
Es importante resaltar que este hecho ocurrió solo un día,
el 15 de febrero. Sin embargo, las lluvias continuaron siendo intensas
en los días posteriores, sin que murieran más peces.
Otro punto importante es que la mortandad no afectó a una sino
a 15 especies acuáticas, de las cuales 13 fueron peces de distintos
tamaños y dos de moluscos. La mortandad de una diversidad de
especies y de ejemplares de distintas edades hace pensar que no es posible
que todas hayan sido afectadas por “causas ambientales”
puesto que ello implicaría que la naturaleza no cumplió
con su rol de asegurar la supervivencia de al menos algunas de ellas.
En el mejor de los casos, causas de ese tipo podrían haber afectado
a una o dos especies, pero difícilmente a 15 especies distintas.
Si este hecho fue puntual -como se afirma en el informe- todo hace pensar
que alguna sustancia muy tóxica para organismos acuáticos
fue derramada y arrastrada, provocando la mortandad de los peces.
En ese sentido, hay que resaltar que las muestras analizadas se realizaron
en 10 ejemplares recolectados vivos y no en
peces muertos. Es decir, que si los análisis se hubiesen realizado
con peces recolectados en ambos estados (vivos y muertos), es posible
que los resultados hubiesen sido distintos y se hubiese podido comparar
unas muestras con otras. Pero no se hizo. Los técnicos que hicieron
los análisis tuvieron que hacerlos a partir de las muestras de
los 10 peces recolectados vivos por los funcionarios del MGAP y no tuvieron
a su disposición la cantidad de muestras que hubieran sido necesarias
para llegar a conclusiones definitivas.
Por otro lado, el informe de la DINARA no aporta información
acerca de las especies a las que pertenecían los peces muertos
analizados. Solo se dice que se analizaron 10 muestras. Es posible que
todas fueran de la misma especie o tal vez no, pero lo cierto es que
no se analizaron muestras de las 15 especies constatadas muertas, ya
que solo se analizaron 10 muestras.
Santiguado, pero no creíble
Se ha constatado un hecho muy grave: miles, cientos, muchos peces, no
queda clara la cantidad, murieron en un solo día, en condiciones
meteorológicas que no fueron distintas a días anteriores
o posteriores al hecho.
La explicación oficial, basada en el análisis de unas
pocas muestras de peces vivos (10) y en ninguna de peces muertos, que
no abarcó la totalidad de especies muertas (15) y que atribuye
la mortandad a “causas ambientales”, resulta poco creíble.
Más aún: tratándose de un río que abastece
de agua potable a la población de una importante ciudad como
Durazno, el hecho debería haber ameritado un estudio exhaustivo
que despejara toda duda sobre lo ocurrido. Lamentablemente, no se hizo.
Parece poco aceptable que a casi un mes de acaecido un hecho de esta
magnitud se dé como explicación que éste se debió
a unas indefinidas “causas ambientales”. Por el contrario,
todo hace pensar que alguna sustancia muy tóxica para organismos
acuáticos fue derramada y arrastrada provocando la mortandad
masiva de animales acuáticos.
Mortandades masivas de peces han estado ocurriendo desde hace varios
años. En los casos en los que se ha comprobado su causa, ésta
se ha vinculado agrotóxicos utilizados en la zona. Ver peces
flotando panza arriba ha pasado a convertirse en un hecho corriente.
¿Es éste el nuevo espectáculo que nos debemos acostumbrar
a observar, y a aceptar como respuesta que su mortandad se debió
a “causas ambientales”?
RAPAL Uruguay
22 de marzo 2010
Fuentes consultadas:
Analizan contaminación en peces del Yi
http://www.elpais.com.uy/10/02/17/pciuda_471672.asp
Durazno: aparecen peces muertos
http://www.180.com.uy/articulo/Durazno-aparecen-peces-muertos
Mortandad de Peces ocurrida en el río Yí (Departamento
de Durazno) – 15 de febrero de 2010
http://www.dinara.gub.uy/web_dinara/images/stories/file/informe_mortandad.pdf