CONVOCATORIA DE LA SOCIEDAD APÍCOLA URUGUAYA
A LOS APICULTORES DE TODO EL PAÍS
MOVILIZACIÓN
FRENTE AL MINISTERIO DE GANADERÍA, AGRICULTURA Y PESCA
JUEVES
4 DE JUNIO DE 2009
Los apicultores nos movilizamos
para defender:
- Nuestras fuentes de trabajo
dignas y genuinas
- Nuestra independencia laboral
- La preservación del medio
ambiente
- Las fuentes de alimentos inocuos
- La salud de los uruguayos
Nos estamos jugando nuestras fuentes
de trabajo y el bienestar económico de varios miles de familias.
Los productores apícolas
estamos sufriendo:
1) Pérdida del acceso
a los campos debido a:
- Extranjerización masiva de la tierra
- Concentración de la propiedad
de la tierra cada vez en menos manos
- Los nuevos propietarios (la
mayoría extranjeros que no viven en sus predios) a pesar de
recibir beneficios tributarios, niegan el acceso de colmenas a sus
campos
- El Estado que no cumple ni implementa
medidas que ya están legisladas, como que se cumpla el Artículo
8º de la Ley 17.115 de 1999. El acceso de colmenas a los predios
forestales se logra sólo si se paga en dólares por cada
colmena.
2) Deterioro explosivo del medio
ambiente dependiente de:
- El Estado que no controla la
aplicación y cumplimiento de normativas vigentes permitiendo
la violación flagrante de las mismas.
- Deterioro del medio ambiente
por la aplicación de esquemas productivos agrícolas
que se llevan adelante ante la pasividad de las autoridades competentes
que saben perfectamente y en detalle el enorme daño causado
y conocen alternativas para que la producción agrícola
prospere obviando estos desastres.
Ejemplos de esto son:
Se ha permitido la expansión incontrolada y explosiva de cultivos
cuyo manejo ha implicado el uso indiscriminado y muchas veces fuera
de la ley de insecticidas y herbicidas, que en las últimas
2 zafras han matado y diezmado millares de colonias de abejas, dejando
sin fuentes de trabajo a decenas de familias.
Se ha autorizado el uso de insecticidas altamente tóxicos,
que no sólo matan insectos, también matan peces, aves
y mamíferos, sin hacer ninguna evaluación del impacto
ambiental, ni controlar de que se usen adecuadamente. En realidad,
no hace falta ningún estudio complejo y de alto costo para
conocer los efectos tóxicos sobre las especies de animales
que no son el blanco del insecticida: cualquier lugareño donde
se aplique un insecticida por aspersión le va a decir la mortandad
de animales que se produce en la región. Por otra parte, varias
de estas sustancias por las razones antedichas han sido prohibidas
definitivamente en muchos de los países más poderosos.
Se ha autorizado el uso de insecticidas de alta residualidad y toxicidad,
por ejemplo, no puede haber abejas en un radio de 4 km desde el sitio
de aplicación de fipronil por aspersión durante 1 mes.
Este insecticida genera, al desintegrarse sustancias que mantienen
su toxicidad hasta 1 año, en los suelos y aguas que las contienen.
Se han desarrollado cultivos que demandan frecuentes aplicaciones
de herbicidas (por ejemplo, glifosato). Estos herbicidas no sólo
han eliminado la floración silvestre dentro de los cultivos,
sino que además los han aplicado fuera de los cultivos, en
la orilla de los caminos comunitarios, dejando sin áreas de
refugio para las abejas y eliminando drásticamente la biodiversidad
vegetal. Diezmando nuestra fauna autóctona por desaparición
de su ambiente.
No se ha controlado como corresponde el uso de las tierras, por lo
que se las ha trabajado en régimen de monocultivos, sin las
rotaciones que retardan la erosión de los suelos.
Pérdida del colmenar
del país y sus consecuencias
Desde Julio de 2007 a Agosto de
2008, los apicultores hemos perdido 16% de las colmenas: 81.000 (desde
514.000 a 433.000). Entre las causas se encuentran: aumento en los
costos de producción, mortandades por agrotóxicos, expulsión
de los apicultores de los campos, pérdida de las fuentes de
alimento para las abejas, factores climáticos.
La pérdida de 81.000 colmenas
significó la pérdida parcial o total de los ingresos
de más de 1.000 familias.
La pérdida de 81.000 colmenas
significó una pérdida del potencial productivo de unos
2.4000.000 kg de miel (unos 5 millones de dólares).
Pérdida de la biodiversidad
vegetal por falta de polinización cruzada y rotura de las cadenas
alimenticias, que acelerarán la extinción de cientos
de especies animales y vegetales.
La pérdida del potencial
polinizador determina menores cosechas de frutos y semillas, menos
forraje para los ganados de carne y leche.
Los apicultores exigimos……
Que se prohíba definitivamente
el uso de sustancias que deterioran significativamente el medio ambiente,
que ponen en riesgo la salud humana, que destruyen en forma abusiva
las fuentes de trabajo familiar y que ponen en riesgo la exportación
de los productos de las colmenas.
Que el MGAP autorice la comercialización
de agrotóxicos previa consulta con MSP, MVOTMA, apicultores
y demás pobladores que recibirán el impacto de estas
sustancias.
Que el Estado controle la importación,
venta y uso de agrotóxicos.
Que el Estado controle e impida
la desforestación masiva de nuestros montes naturales.
Que el Estado controle las causas
e impida el deterioro de los suelos.
Que el Estado controle las causas
e impida la pérdida de la biodiversidad vegetal y animal.
Que el Estado tenga en cuenta
la opinión de los productores apícolas organizados y
que esto se vea reflejado en la aplicación práctica
de medidas consensuadas que comiencen a revertir los daños
ocasionados al sector y a la sociedad uruguaya toda.
Que el Estado cambie la actitud
mantenida hasta el momento en que los organismos burocráticos
estatales terminan aplicando decisiones y estrategias que en definitiva
no contemplan la opinión de los ciudadanos trabajadores directamente
involucrados, perjudicando así al conjunto de la sociedad.
Que el Estado defienda y promocione
la actividad apícola por todos los medios a su alcance disponiendo
los recursos necesarios, tomando en cuenta la opinión de los
productores organizados y que esto se vea reflejado en la práctica
aplicando un plan de recuperación de la apicultura con firme
compromiso del Estado.
Que el Estado disponga recursos
para compensar a aquellos productores que han sido afectados por la
aplicación de medidas emanadas desde sus autoridades.
No debemos dejarnos confundir,
el cambio climático colaboró en poner de manifiesto
la gravedad del deterioro del medio ambiente, pero no es la causa
primaria. Las causas fundamentales de la situación de catástrofe
que vive la apicultura nacional surgieron por la actitud contemplativa
y permisiva del MGAP cuyas decisiones terminan favoreciendo a las
grandes empresas agropecuarias y hundiendo a los pequeños productores
familiares.
Si no se corrigen los desencadenantes, la apicultura esta condenada
a retraerse y a más largo plazo desaparecer. Persistirán
los apicultores con más recursos, pero por poco tiempo más.
Los apicultores y
sus hijos están siendo expulsados de la actividad laboral agropecuaria,
para terminar desempleados o empleados fuera o dentro de la apicultura
en el mejor de los casos.
Consideramos que la tierra tendrá propietarios, pero el medio
ambiente es de todos.