El Convenio
de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs)
entra en vigor el 17 de mayo de 2004
Ginebra/Nairobi,
18 de febrero de 2004 – El Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes
Orgánicos Persistentes (COPs) del año 2001 será
legalmente obligatorio a partir del 17 de mayo de 2004, anunció
hoy el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
La cuenta regresiva de 90 días para que el tratado entre en
vigor se inició el 17 de febrero de 2004 cuando Francia se
convirtió en el Estado número 50 en ratificar el acuerdo.
“De todos los
contaminantes que son emitidos en el medio ambiente todos los años
a causa de las actividades humanas, los COPs son los más peligrosos.
Durante décadas estos productos químicos altamente tóxicos
han matado y lesionado a personas y a la vida silvestre, induciendo
el cáncer y dañando los sistemas nerviosos, reproductivos
e inmunológicos. También han causado innumerables deformaciones
congénitas”, dijo el oficial de PNUMA, Klaus Toepfer.
“Al comprometer
a los gobiernos a eliminar la producción y emisión en
el ambiente de estos productos químicos, el Convenio de Estocolmo
aportará un gran beneficio a la salud humana y al medio ambiente.
También fortalecerá el alcance y la efectividad de la
ley ambiental internacional” dijo.
Los gobiernos buscarán
iniciar rápidamente su acción en el marco del tratado
cuando se reúnan para la primera sesión de la Conferencia
de las Partes del Convenio (COP 1), en Punta del Este, Uruguay, a
principios del año 2005.
Una de las prioridades
de esta reunión será de ayudar a los países a
combatir el paludismo, remplazando DDT con alternativas más
seguras y efectivas. La COP también formará un Comité
para la evaluación de otros químicos y pesticidas que
podrían ser agregados a la lista meta inicial de 12 COPs (estos
son aldrina, clordano, DDT, dieldrina, endrina, heptacloro, mirex,
toxafeno, bifenilos policlorados o PCBs, hexaclorobenceno, dioxinas
y furanos) provenientes de una amplia gama de fuentes, tanto industriales
como otras.
Otra meta clave para
la Conferencia de las Partes del Convenio, será la finalización
de las pautas para promover “las mejores prácticas”
y las “mejores técnicas disponibles” que puedan
reducir o eliminar las liberaciones de dioxinas y de furanos (tal
vez los más tóxicos de todos los COPs).
Todo ser humano porta
indicios de estos productos químicos en su cuerpo. Los COPs
son compuestos altamente estables que pueden durar años o décadas
antes de desintegrarse. Circulan globalmente a través de un
proceso conocido como el “efecto saltamontes”. A través
de un proceso repetido de evaporación y depósito, las
emisiones de COPs en una parte del mundo pueden ser transportados
en la atmósfera a regiones distantes de la fuente original.
Además los
COPs se concentran en los organismos humanos a través de otro
proceso conocido como bioacumulación. Aunque no son solubles
en agua, los COPs son absorbidos fácilmente en los tejidos
grasos, donde las concentraciones pueden magnificar hasta 70.000 veces
los niveles de antecedentes. Los peces, aves predatorios, mamíferos
y humanos se encuentran en una posición elevada en la cadena
alimenticia y así absorben las mayores concentraciones. Y cuando
viajan, los COPs viajan con ellos.
Como resultado de
estos dos procesos, los Inuit [más conocidos como "eskimales"]
y los animales que ellos consumen en el Ártico – a miles
de kilómetros de cualquier otra fuente de COPs – padecen
niveles particularmente altos de COPs en sus cuerpos. Los COPs son
igualmente peligrosos para la gente que trabaja con pesticidas o que
vive cerca de fuentes de COPs, particularmente en los países
en desarrollo, donde la falta de equipo o de pericia lleva a exposiciones
accidentales.
La mayoría
de estos 12 productos químicos será prohibida inmediatamente.
Sin embargo, se considera como propósito aceptable la utilización
de DDT para controlar vectores de enfermedades en el marco de las
pautas de la Organización Mundial de la Salud, ya que es imprescindible
en muchos países para controlar la transmisión del paludismo
por los mosquitos. Esto permitirá a los gobiernos proteger
sus ciudadanos del paludismo –una enfermedad que causa la muerte
en muchas regiones tropicales– hasta que puedan reemplazar DDT
con alternativas químicas y no químicas que son efectivas
desde el punto de vista de costo y que sean amigables con el medio
ambiente. Por lo tanto, al contrario de algunas versiones, nadie se
va a morir de paludismo por culpa del Convenio de Estocolmo. De hecho,
el Convenio debería ayudar a orientar la investigación
y el desarrollo hacia formas más efectivas de controlar el
paludismo.
Además de
prohibir la utilización, el tratado se enfoca en limpiar las
crecientes acumulaciones de pesticidas y productos químicos
tóxicos no deseados y obsoletos. Los sitios de vertimientos
y los bidones tóxicos de los años cincuenta, sesenta
y setenta están descomponiéndose y lixiviándose
en el suelo y envenenando los recursos acuáticos, la vida silvestre
y las personas.
En el caso de los
PCBs, aunque no se fabrican más, cientos de miles de toneladas
siguen en uso en transformadores eléctricos y otros tipos de
materiales. Los gobiernos tienen hasta el año 2025 para eliminar
paulatinamente estos usos, lo que les da el tiempo de concertar reemplazos
libres de PCBs. No más allá del año 2028, los
gobiernos deben deshacerse de estos PCBs en forma ambientalmente adecuada.
Por suerte existen
alternativas para los COPs. El problema a veces es que los altos costos,
la falta de sensibilización del público y la ausencia
de una infraestructura y una tecnología adecuada impiden su
adopción. Las soluciones deben adecuarse a las propiedades
y a los usos específicos de cada producto químico, así
como a las condiciones climáticas y socioeconómicas
de cada país.
Para asegurarse que
estas soluciones sean puestas en marcha, los donantes se han comprometido
a contribuir cientos de millones de dólares a través
de una nueva financiación en los próximos años.
El Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) es la entidad principal
en el mecanismo financiero interino del tratado. Ya ha movilizado
recursos para apoyar proyectos COPs en más de 100 países.
Con el apoyo de una alianza de países desarrollados y en desarrollo
–y con la participación de grupos tanto industriales
como ambientales– el Convenio de Estocolmo promete un mundo
libre de COPs para las generaciones futuras.
Nota para los periodistas:
para más información, se ruega contactar a Eric Falt,
Vocero/Director de la División de Comunicaciones e Información
al Público del PNUMA, al teléfono: +254 20 623292, celular:
+254 (0) 733 682656, E-mail: eric.falt@unep.org; Nick Nuttall, Jefe
de los Medios de Comunicación de PNUMA, al teléfono
+254 20 623084, celular: +254 733 632755, E-mail: nick.nuttall@unep.org;
o Michael Williams en Ginebra al +41-22-917 8242, +41-79-409 1528
(celular) o a michael.williams@unep.ch.